Gracias a Andrea, desperté de un largo período en el que por motivos familiares, había dejado mi carrera bastante de lado y me había acostumbrado a la pseudo «comodidad» que el trabajo me brindaba.

Trabajando con Andrea pude darme cuenta de qué era lo que realmente quería y que no, pude reconstruir mi autoestima profesional. El camino no fue fácil, implica mucho trabajo, disciplina, pero con el constante apoyo, retos, cariños y consejos, fue lejos una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido.

Hoy no tengo miedo, no reclamo, yo tomo la decisiones, sé lo que valgo, para lo que soy buena y para lo que definitivamente no sirvo…..eso es un «valor agregado» que muy pocos tienen, y bueno, hoy yo lo disfruto.

Gracias Andrea, gracias a mi marido por haberme llevado arrastrando, gracias por la cantidad de pañuelos desechables que gasté en tu oficina, gracias por conocerte, te quiero mucho.